Quiero dedicar el Mensaje de este año al tema de la narración, porque creo que para no
perdernos necesitamos respirar la verdad de las buenas historias: historias que construyan, no
que destruyan; historias que ayuden a reencontrar las raíces y la fuerza para avanzar juntos. En
medio de la confusión de las voces y de los mensajes que nos rodean, necesitamos una
narración humana, que nos hable de nosotros y de la belleza que poseemos. Una narración que
sepa mirar al mundo y a los acontecimientos con ternura; que cuente que somos parte de un
tejido vivo; que revele el entretejido de los hilos con los que estamos unidos unos con otros.











